...Lo masss Insolito siguió sucediendo después, sólo desgracias acompañaron al Porsche desde ese fatídico día. En el accidente, el Porsche 550 Spyder quedó completamente destrozado. El impacto contra el pesado Ford deshizo gran parte de la carrocería, pero aún muchas piezas eran aprovechables. George Barris compró los restos del auto por “2.500 dólares” para intentar hacer algo de negocio.
Ignoraba que el bastidor número 2Z77767 masss que un donante de piezas fue un donante de desgracias. Al bajarlo de la grúa, las cuerdas se rompieron y el coche cayó, partiendo las dos piernas a uno de los mecánicos que recibieron el auto.
Rápidamente despiezado, el motor y partes de la transmisión aún en buen estado fueron vendidas a Troy McHenry y William Eschrid, uno de ellos médico. Ambos competían entre sí en una carrera en circuito. McHenry perdió el control y se mató al chocar contra un árbol. Eschrid volcó al “bloquearse” su auto en una curva, pudo salir por su propio pie de los restos del accidente. George Barris vendió las dos ruedas que quedaron de “Little Bastard” a otro aficionado a la competición unos días después, tampoco corrió mejor suerte.
Se dice que las dos ruedas reventaron al mismo tiempo, causando un accidente al corredor. No se mató pero estuvo en coma durante varios días. En una noche cercana a estos incidentes, dos ladrones que conocían de la existencia del deportivo de James Dean, intentaron robar piezas de “Little Bastard” asaltando el garaje de Barris.
Su intención era vender las piezas, pero el plan salió mal ya que el primero se abrió el brazo al intentar extraer el volante, el segundo resultó de alguna manera herido al ir a quitar un asiento manchado de sangre.
Barris después de todo lo ocurrido, estaba seguro de que “Little Bastard” no le iba a traer nada bueno. Decidió deshacerse de lo poco que quedaba del Porsche, pero la California Highway Patrol le convenció para que se lo donara. Tal y como James Dean hizo en vida promocionando la conducción segura (aunque él mismo no la practicara) los restos del Porsche 550 Spyder serían el vivo ejemplo de lo que no había que hacer al volante para no sufrir un accidente.
Sin embargo, las exposiciones “para la seguridad vial” se convirtieron en exposiciones ¡Contra la seguridad ciudadana!. La primera de ellas no llegó a celebrarse. El lugar donde se iba a exponer la muestra se incendio antes de la inauguración, insólitamente uno de los pocos coches que apenas sufrió daños fue “Little Bastard”.
La segunda muestra, con motivo de uno de los aniversarios de la muerte de Dean, se celebró en un instituto. El auto se desplomó del expositor y cayó sobre un estudiante, rompiéndole la cadera. El público estaba cada vez más enterado de lo que acompañaba a los restos de aquella máquina, así que se decidió devolverla a Barris.
En la autopista, en camino para su devolución un coche perdió el control e impactó contra el camión que transportaba los restos del Porsche de vuelta a Barris. El Porsche 550 Spyder (o lo poco que quedaba de él) volvió a caerse del camión y aplastó al conductor del coche, que encontró su muerte bajo el bastidor número 2Z77767.
A partir de aquí las historias difieren, unos dicen que “Little Bastard” desapareció misteriosamente, otros que Barris aún tiene en su poder los restos. Unos pocos, dicen que el auto se partió en 11 trozos, que se repartieron por Estados Unidos (Esta última ya me suena a “El Señor de los Anillos”)
Pero bueno. Sea como sea, ¿puede un auto estar maldito? El sentido comun dice que las maldiciones no existen, sólo la aleatoriedad y las coincidencias. Sin embargo, la historia del “Little Bastard” de James Dean esta repleta de bastantes malas coincidencias, algo que nos deja pensando en donde estarán las piezas del “Insolito” Porsche 550 Spyder con el bastidor número 2Z77767…
Publicado por:
Emilio R. Covelo
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(Atom)
0 comentarios
Publicar un comentario